El Dr. Francisco Menchaca, primer director del Hospital de Niños de Santa Fe "Ricardo Gutiérrez", había nacido en Santa Fe en 1905. Cursó sus estudios primarios en la Escuela Sarmiento y luego en el Colegio Nacional de San Nicolás ciudad a la cual se había trasladado su familia y de la que era oriunda.

En Rosario estudió medicina y en el Centenario, hospital escuela, fue practicante menor y mayor con la mejor calificación.

De regreso a Santa Fe, comenzó a ejercer su especialidad -prácticamente desconocida en nuestro medio como tal- en el dispensario del entonces llamado Kilómetro 2.

En la década del 40 inició en una salita del Hospital Iturraspe el primer Servicio de Niños con internación, que tuvo la ciudad, el cual rápidamente resultó chico para la demanda permanente. Ante la imperiosa necesidad de una infraestructura mayor, en 1947 este servicio se trasladó a la ex maternidad privada de los doctores Meana y Zamora. Quedó así inaugurado, en el tradicional edificio de bulevard Gálvez, el Hospital de Niños, del cual lo nombraron director por tener a su cargo el único servicio de ese tipo que funcionaba en la ciudad.

Los libros del Dr. Garraham de los años 40 destacan los trabajos del Dr. Menchaca sobre la sulfamida, que sirvieron para el tratamiento de la neumonía, pero lo más relevantes de sus aportes estuvo en los aspectos sociológicos y culturales de la salud infantil.

En los años 50 viajó a Inglaterra donde fue incorporado como miembro de la Royal Society of Health, fundada en 1876, realizando en Bristol estudios sobre la especialidad en niños prematuros.

Autor de numerosas publicaciones, entre ellas "El libro de la buena madre" (1936), "Protección Sanitaria del Niño Rural", separata de la Revista Universidad de San Carlos Guatemala; "Diccionario Médico-Social" y "Aspectos Sociológicos de la Salud Infantil", el Dr. Menchaca fue además director de la Escuela de Servicio social, donde dirigió numerosos trabajos, y docente de la Escuela de Sanidad impulsada por el visionario Dr. Lorenzo García.

Caracterizaron al Dr. Francisco Menchaca su humildad y una conducta ética intachable, constituyéndose en un ejemplo de ciudadano, culto y servicial. (116)

(116) Extractado de "El Litoral" de Santa Fe 28.11.97.