Centro de Estudios Hispanoamericanos




Españoles, indígenas y africanos en Santa Fe la Vieja
María Teresa Carrara

La obra del Dr. Agustín Zapata Gollan, que prácticamente cu-bre la segunda mitad de este siglo y es etapa fundacional de las investigaciones, fue pionera para el estudio del Período Colonial santafesino por el uso que allí hace de la Historia y la Arqueología. Con sus investigaciones el Dr. Zapata Gollan puso en práctica un pensamiento que, en la década del 60 se daría en la Arqueología americana, con el surgimiento de la Arqueología Histórica como nuevo campo dentro de la Antropología.

Hoy, los investigadores de la U.N.R., partiendo de estos aportes y de las contribuciones del Arq. Luis María Calvo, estamos retomando la problemática de Santa Fe la Vieja y con ella, el tema de la arqueología de los primeros sitios españoles en américa sobre el que hace más de 20 años trabajan investigadores de Estados Unidos, México, Caribe y otras áreas de Latinoamérica.

Si bien el encuentro de europeos y americanos en 1492 tuvo consecuencias negativas como las nuevas formas de esclavitud y dominio y la aniquilación de tantas comunidades indígenas americanas, consideramos que la presencia europea fue el germen de la conformación de una nueva sociedad americana que fue incorporando a su modo de vida elementos culturales europeos, americanos y africanos de una forma nueva y original (Deagan: 1996).

Desde la arqueología histórica intentamos conocer los procesos sociales que, en Santa Fe la Vieja, dieron lugar a la formación de esta sociedad multiétnica, multicultural y distintivamente no igualitaria, resultado de la política española de tolerancia, pero que tiene su raíz en las elecciones individuales y anónimas que a diario hicieron hombres españoles y mujeres nativas.

La información sobre estos procesos está latente en cada sitio del espacio santafesino donde convivieron españoles, nativos y africanos y sólo puede recuperarse a través de un abordaje integrado arqueológico y documental que da una visión más profunda de la génesis cultural latinoamericana.

Esta problemática es la que nos estamos planteando para Santa Fe la Vieja y con nuestra investigación nos proponemos indagar sobre el modo de vida de sus pobladores y definir las características de la nueva sociedad emergente. Este abordaje cuenta con el aporte de otras ciencias sociales y áreas disciplinares auxiliares que amplían la visión que da el exclusivo enfoque arqueológico.

Asesorados por el equipo de Historia dirigido por la Lic. Nidia Areces que trabaja sobre temáticas de Santa Fe la Vieja y por el Arq. Luis María Calvo que nos apoya en la consulta documental, elegimos para excavar dos solares de vecinos de alto nivel social pertenecientes a las familias de Hernando Arias Montiel y Juan Gómez Recio para evaluar cómo se produjeron en esos ámbitos domésticos estos procesos de ajuste e integración.

Sobre la base de nuestras investigaciones en marcha y las que se realizan en sitios del E de Estados Unidos, área del Caribe y México, podemos hacer algunas afirmaciones. El material arqueológico recuperado en estos sitios demuestra que en su ajuste a las condiciones de vida en América los colonizadores españoles -cualquiera haya sido su posición económica y social- desarrollaron un patrón de adaptación generalizado por el cual en algunos aspectos de su vida retuvieron elementos españoles, adoptaron e incorporaron a su vida diaria elementos americanos nativos y desarrollaron nuevas formas mixtas, híbridas, para manejarse, en otras áreas de la vida colonial. Este patrón general funcionó en todo el vasto territorio adaptándose en cada caso a las restricciones materiales del medio ambiente y de los recursos disponibles. Otros limitantes fueron los propios sistemas culturales español, americano y africano que compartieron estos asentamientos y trabajaron para la determinación de los elementos materiales y simbólicos que serían retenidos, alterados o reemplazados.

De todas estas consideraciones se deduce que el mestizaje biológico y cultural, desde cualquier perspectiva que se lo analice, constituyó un rasgo característico central de la nueva sociedad iberoamericana. No sólo se dio entre las etnias americanas y los grupos de africanos que convivieron en las áreas urbanas y rurales iniciales, sino que la escasez de mujeres ibéricas en el período colonial inicial llevó a relaciones mixtas entre hombres españoles y mujeres indígenas, fueran éstas matrimoniales o concubinatos. Recordemos que los matrimonios entre los jefes españoles y las hijas de caciques americanos fueron frecuentes durante el siglo XVI temprano y hasta fue considerado como un "honorable" instrumento de colonización. Los españoles habían coexistido por siglos con otras razas, cultura y religiones y dieron muestra de una actitud menos exclusionista que la inglesa, respecto a las razas, pero fueron inflexibles en lo religioso.

Ahora bien, el estudio del mestizaje forzosamente lleva al estudio del género en arqueología, al estudio del papel desempeñado por la mujer en el contacto temprano. Queremos destacar aquí que el mestizaje no sólo tuvo un efecto profundo en el pool genético americano, sino también en la organización de la vida material de los primeros sitios coloniales, como Santa Fe la Vieja, por ejemplo. Se advierte en ellos que en las áreas domésticas de actividad femenina, que no eran socialmente visibles, allí se incorporaron elementos americanos nativos, africanos y elementos de formas híbrida. En cambio, en las áreas asociadas a la actividad masculina o en aquellas que funcionaron como símbolos socialmente visibles de status social (vestido, alhaja, adornos, servicios de mesa, arquitectura) continuaron vigentes y sin mayores cambios los componentes de la cultura material española.

Este modelo de ajuste, adaptación, se estableció a pocas décadas de la llegada de Colón y, aunque se fue americanizando, a través del tiempo expresa la ideología que subyacía y sostenía las diferencia sociales que se dieron en América Colonial.

Estos ajustes de la colonización a los condicionamientos ambientales y sociales del territorio americano pueden observarse en una amplía variedad de aspectos culturales. Para ilustrarlo lo analizaremos en dos áreas estructurales básicas: la organización del espacio (conservatismo) y en las actividades relacionadas con la dieta alimenticia (cambio cultural).

Respecto a la organización del espacio, sabemos que cuando desde Asunción se inició una política de ocupación y población del corredor paranaense Santa Fe la Vieja se convirtió en un área de frontera entre los territorios que ya están bajo el control del estado colonial y el espacio meridional ocupado por sociedades nativas pescadoras, cazadoras y recolectoras instaladas en el área de islas, ríos secundarios y lagunas del sistema fluvial del Paraná.

En este espacio de transición, fronterizo y periférico respecto al alto Perú, Santa Fe la Vieja se constituyó en el asentamiento nuclear de un área en continua expansión donde los colonizadores fueron instalando chacras, estancias, reducciones. Así con esta constelación de asentamientos de naturaleza diversa se fue organizando el amplio espacio rural del hinterland santafesino, según un modelo totalmente original para América.

Pero el centro de la vida colonial en esta frontera fue Santa Fe, que Juan de Garay planificó de acuerdo al modelo de ciudad hispanoamericana que se gestó durante el siglo XVI y cristalizó con las Ordenanzas de Indias en 1573. Sobre el ordenamiento del espacio urbano han trabajado el Dr. Zapata Gollan y el Arq. Luis María Calvo y no lo vamos a desarrollar. Pero queremos hacer algunas consideraciones. Sabemos que las detalladas Ordenanzas de Indias establecieron criterios reguladores básicos a seguir en la fundación de ciudades. Según Kathleen Deagan (1996).

" ...la adhesión a los principios de regularidad y jerarquía (que se percibe) en las ciudades hispanoamericanas tempranas nos proporciona una visión de la organización que la Corona impuso sobre el mundo material e ideológico de las colonias americanas. Esta nueva organización contrasta con el criterio con que se hicieron las primeras fundaciones. Cuando Cristóbal Colón fundó La Isabela en la actual República Dominicana en 1493, trasladó allí no sólo el criterio urbanístico sino también la forma de vida medieval a América (un pueblo fortificado medieval, ausencia de plano en damero, etc.) con poco ajuste y aprovechamiento de los recursos locales (alimentos, ladrillos, cerámica, etc. según el modelo español)..."

Pero aún con este nuevo criterio urbanístico las ciudades del imperio colonial español continuaron siendo símbolo y expresión de la mentalidad española. La ubicación de la iglesia y el Cabildo en torno a la Plaza Mayor refleja la centralidad que la Iglesia y el Estado tuvieron en la ideología hispánica.

Por otra parte, estas Ordenanzas de Indias permiten evaluar si hubo adhesión a los ideales españoles o adopción de nuevas formas en respuesta a nuevas condiciones.

En todo el Nuevo Mundo desde la fundación de Puerto Real en la actual Haití, a comienzos del siglo XVI, hasta finales de la época colonial, se dio una abrumadora adhesión a los patrones arquitectónicos y a las técnicas constructivas que continuaron siendo españolas. Y hasta la estructura de la vivienda y su construcción derivan del modelo rural popular español.

La arquitectura es un área que pone de manifiesto cómo los colonizadores estaban compenetrados de la organización jerarquizada del espacio y del mundo material y refleja el alta grado de conservatismo que se mantuvo en este aspecto de la cultura a lo largo de tres siglos.

Esta organización rígida y el conservatismo cultural es menos visible en áreas de vivienda como la cocina, que eran generalmente del dominio de la mujer. Allí vemos la incorporación de elementos nativos americanos y los cambios adaptativos en la vida material. Esta situación también se da en Santa Fe la Vieja. Lo hemos comprobado en nuestras investigaciones exploratorias con las que pudimos un área céntrica ocupada por los vecinos principales, con predominio de materiales hispanoindígenas y un área periférica ocupada por familias de más bajo nivel social, donde el porcentaje de materiales indígenas, fundamentalmente tiestos de vajillas utilitarias, nos estaría señalando una significativa presencia de mujeres indígenas. Lo estamos observando también en nuestras excavaciones en marcha en un área de servicio del solar de la familia Arias Montiel.

Esta asociación del componente indígena con el español fue muy común en sitios coloniales hispanos. Fue parte de la política española de favorecer un cierto grado de integración con nativos americanos y africanos pese a las tensiones que pudieron existir entre dominantes y dominados. K. Deagan (1995) dice -refiriéndose a la ciudad de San Agustín de la costa SE de los Estados Unidos- que el ma-terial arqueológico:

" ...de esa ciudad europeo-americana no refleja la exclusión de los grupos no europeos por los grupos europeos dominantes..." (por el contrario) "...los rasgos no-europeos constituyen un componente dominante en utillaje doméstico de Florida, Caribe y México..."

En Santa Fe la Vieja, esta pequeña ciudad periférica y fronteriza, la convivencia diaria de europeos, americanos y africanos también dio paso a este proceso de integración. Y es de remarcar esta circunstancia que contrasta con el proceso colonizador anglo-americano. Robert Schuyler (1976) y James Deetz (1977) afirman que en las colonias inglesas esa situación no se dio. Por el contrario, el contexto artefactual de sitios ingleses en tierras americanas reflejan la exclusión racial y económica de los elementos no-europeos con los que entraron en contacto.

En la cocina española también se produjeron cambios adaptativos. En las ciudades hispanoamericanas, incluida Santa Fe la Vieja, las ollas españolas fueron reemplazadas -en gran medida- por las vasijas indígenas y los morteros españoles para procesar las especies ultramarinas fueron reemplazados por los morteros y manos indígenas.

Dos especialistas en dieta colonial, las Dras. Elizabeth Reitz y Margaret Scarry (1985) sugieren que la cocina de los colonizadores mostró gran flexibilidad el incorporar elementos de la cocina nativa. Señalan que las mujeres indígenas y españolas tuvieron una activa participación en este proceso de influencias en ambas direcciones o transculturación. Las mujeres españolas aprendieron a incorporar alimentos locales y las indígenas aprendieron a usar alimentos importados, desarrollándose así "cocinas" que resultaron diferentes a la europea e indígena pero que compartieron rasgos comunes. También sugieren que un factor crítico en el ajuste de la dieta española fue el grado de adaptación de las especies animales y vegetales europeas a las condiciones ambientales americanas.

Para la subsistencia, el período colonial inicial, fue un período de ajustes y cambios. Al desarrollar nuevas estrategias los colonizadores debieron adoptar una variedad de nuevos recursos alimenticios vegetales y faunísticos. Retuvieron cultígenos del Viejo Mundo como el trigo y frutas que prosperaron localmente. Retuvieron también los animales domésticos capaces de sobrevivir con una atención limitada, como el ganado vacuno. Estos cambios reflejan los procesos de adaptación y transculturación que hemos mencionado.

Estas consideraciones nos llevan a pensar que los aportes de los equipos interdisciplinarios que intervienen en nuestro Programa de investigación nos permitirán recuperar datos relevantes sobre los cambios culturales que se produjeron en este siglo inicial de la vida santafesina en los que el conservatismo y el trasvasamiento cultural en ambas direcciones jugaron un rol tan significativo en la conformación de esta nueva sociedad americana no igualitaria, pluriétnica y pluricultural.

Entendemos a Santa Fe la Vieja como una manifestación de las variadas formas que adoptó el proceso colonizador español en América. Su estudio puede contribuir a la formación de una amplia base de datos que permita comprender cuáles fueron los factores fundamentales que actuaron en dicho proceso, tanto en el centro como en la periferia del Imperio.

Bibliografía:

DEAGAN, Kathleen

1995 - Ethnic stew melting pot. Comparative archaelogical perspectives on Anglo- American and Ibero-American colonial transformation.

Conferencia pronunciada en la Universidad de Boston.

1996 - La arqueología de los primeros sitios españoles en las Américas.

En Acta I de la Segunda Conferencia Internacional de Arqueología Histórica Americana. Historical Archaelogy in Latin America (14: 1-18). University of South Columbia. Columbia, SC. USA

REITZ, Elizabeth and Margaret SCARRY

1985 - The reconstruction of historic foodways. Specials Publicaction of the Society for Historical Archaelogy. Nº 3.


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