Enmarcado en el convenio entre el Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de la Subsecretaría de Cultura de la provincia y la Escuela de Antropología de la Universidad Nacional de Rosario, para la Puesta en Valor de Santa Fe la Vieja, se viene realizando desde julio de 1993, con breves interrupciones, un proyecto de conservación y estudio de materiales metálicos provenientes de su zona arqueológica(2).

Este material proviene mayoritariamente de recolecciones en superficie o al pie de la barranca y de sondeos, realizados en general careciendo o con una muy incipiente metodología estratigráfica.

Muchas de las piezas se encuentran en el estado en que fueron halladas, recubiertas por una capa heterógenea de tierra, material silíceo y productos de corrosión. La mayoría presenta corrosiones activas en proceso, producto de las características ambientales del yacimiento e incrementadas durante el período de depósito o exposición en el Museo.

Estos bienes culturales tienen su propio ciclo de vida que dependerá de las alteraciones debidas a los agentes ambientales, tanto los de tipo natural (químicos, biológicos, etc.), como los de origen artificial (contaminaciones debidas al hombre). Este proceso de degradación puede sufrir según los casos y distintos avatares y procesos, fuertes aceleraciones si se suman a los efectos nombrados, aquellos generados por la desatención, el abandono, la falta de medios y las intervenciones inadecuadas o erróneas.

La necesida de actuar sobre las piezas con un proceso de limpieza y conservación se basa en dos razones de fundamental importancia:

En primer lugar actuar para preservar la integridad del material, eliminando las causas del proceso destructivo en acto, y preservando luego al mismo de los agentes que podrían reiniciar la acción de descomposición.

En segundo lugar poner de manifiesto decoraciones, inscripciones, fechas y cualquier otro detalle oculto o enmascarado por el recubrimiento incrustante, que permitan el estudio de la pieza tanto desde el punto de vista histórico-artístico como desde el de las tecnologías de fabricación con vistas a su datación, ubicación cronológica y cultural, etc. Esto se hace tanto más importante en nuestro caso en que se hace necesario diferenciar por un lado el material de Santa Fe la Vieja del de la época posterior y cuando por otro, existe un gran vacío de conocimiento sobre las técnicas de trabajo de los artesanos coloniales.

Debemos recordar además que las técnicas de conservación deben tener en cuenta que en las capas de recubrimiento puede encerrarse una gran cantidad de información (restos de productos orgánicos, las provenientes de enterratorios; restos de incineración, las provenientes de basureros, etc.), que hay que saber aprovechar y cuya preservación condiciona el proceso de intervención.

Para lograr estos objetivos ha sido necesario instalar un Laboratorio en ciertos ámbitos del Museo Etnográfico de Santa Fe, los que fueron adaptados al efecto, y se adquirieron muebles, drogas, material de vidrio, balanza analítica, pulidora mecánica, estéreo-microscópio, etc., para equiparlo.

Cada pieza se documenta fotográficamente antes y después de la intervención y se ha diseñado una ficha de registro y control en la que se hace constar toda la información que se posee: procedencia, número de registro, asignación cultural y cronológica; las condiciones en que se encuentra: estado de conservación, corrosiones activas, residuos orgánicos o posibles coloraciones; el tipo de material o aleación; técnicas de fabricación y los distintos tratamientos realizados así como las acciones de mantenimiento recomendadas.

La modalidad adoptada consiste en definir el estado de conservación del bien, qué tipo o naturaleza de deterioro presenta y analizar las causas que lo han producido, sólo después de este análisis y en función del tipo de material se procede a la limpieza y conservación con técnicas mecánicas, químicas o electroquímicas o una combinación de ellas según corresponda.

Durante la ejecución del trabajo se han ido investigando diversa técnicas en distintas aleaciones, comprobando su efecto sobre el material, aspecto que adquiere la pieza, etc. Asimismo se han evaluado técnicamente materiales y productos para recubrimientos protectores, métodos de integración y consolidación, técnicas de secado, de control de pH, etc. (bronce, latones) laminadas y fundidas, aleaciones de plomo, aleaciones de plata y material ferroso principalmente forjado. Algunos de estos bienes culturales fueron expuestos en septiembre de 1994 en el Museo Etnográfico y Colonial "Juan de Garay" en el marco del ciclo de conferencias sobre "Conservación de bienes metálicos del patrimonio cultural".

Mucho es lo que resta por hacer tanto en lo que respecta al equipamiento del Laboratorio como al estudio de técnicas de trabajo y evaluación de materiales, como a proseguir trabajando sobre las colecciones del Museo Etnográfico y el Museo de sitio de Santa Fe la Vieja. Principalmente en lo atinente al material ferroso y a la técnica de pulido electrolítico; así como al traslado de la información a bancos de datos desde las características tecnológicas hasta el aspecto histórico-artístico. Surge la necesidad de un funcionamiento permanente y orgánico de este Laboratorio como infraestructura técnico-científica que no sólo conserve y estudie determinados bienes de un patrimonio museológico sino que se constituya en un ámbito de estrecha colaboración interdisciplinaria y de diálogo constructivo entre cultura humanística y cultura "científica". Solamente rompiendo la polarización entre arquéologos e historiadores que tienden a priorizar los aspectos histórico-artísticos y los técnicos e ingenieros que prestan atención a los aspectos tecnológicos se podrá lograr la aplicación racional de adecuadas metodologías científicas al estudio y conservación de bienes culturales y llenar el vacío actualmente existente en el conocimiento de las tecnologías de producción y la circulación y comercio de objetos metálicos en el mundo colonial.

Notas:

(2)Con recursos del Fondo de Asistencia Cultural otorgados por la Subsecretaría de Cultura de la provincia a través de la Asociación Amigos de Santa Fe la Vieja.